Algunos me seguís desde hace tiempo, otros me conocéis personalmente y los que aún no habéis podido coincidir conmigo y mi mundo de mantequilla y chocolate, hoy os cuento un poco cómo llegué hasta aquí y cómo nos ha “ayudado” este virus que paró al mundo y como no dejamos de soñar y llevaros nuestros sueños a vuestros día a día, los especiales y los no tan especiales, tenemos “sueños” para todos los días del año.

¿Adivináis quién soy yo?

Nací dentro de una familia numerosa, las comidas eran muy importantes en casa y nos enseñaron a vivir colaborando y repartiendo tareas entre todos; mi madre tenía un calendario que colgaba en la nevera, donde cada semana cada uno tenía sus quehaceres en la cocina y fuera de ella.

Desde muy pequeña tuve un interés innato por la comida, me gustaba mezclar los ingredientes y ver que resultados obtenía, yo solía jugar a supermercados y restaurantes, recuerdo como la tabla de planchar de mi casa hacía de mostrador y la llenaba con todos los cachivaches que tenía que no eran pocos, aún se conservan algunos con los hoy en día todavía  juegan mis sobrinas, tenía kitchen gadgets de viajes de mi padre y de todas las navidades y cumpleaños, cada vez que alguien viajaba me traía increíbles juguetes relacionados con cocina,  creo que si hubiera nacido en esta nueva era sería mi perdición, ¡ahora las cocinas y comidas en juguetes son alucinantes!

A mis 18 años tuve un accidente de moto que cambió el futuro que llevaba años preparando, desde muy pequeña mi vida era el deporte y todo enfocaba a que mi formación iban a ser las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, pero… la relación con la comida y su creatividad era mi destino, estaba claro y aunque varias veces me he alejado… siempre acabo mezclándome de nuevo con ella.

Ese año, salió la primera escuela de

Escola de restauracio i Hostalatge de Barcelona en Barcelona y mi madre leyó un artículo en la prensa, y como buena maestra de profesión, pensó que era una oportunidad para enriquecerme mientras se recuperaba mi cuerpo de la fuerte lesión del accidente.

Lo que no sabíamos era que me gustaría tanto y me sentiría tan cómoda que me quedaría durante muchos años en ese sector. Descubrí mi verdadera vocación e hice de la hostelería mi vida, movida por mi pasión. He tenido grandes maestros y enormes personas de las que me he llevado un excelente legado, como mi querida Esther Conde a quien le debo amar los pequeños detalles y las cosas bien hechas, a tener sistema y una buena organización de base.

Toulouse
Cordon Blue Paris

Pasé por varias escuelas específicas, formaciones en distintos países, entre ellos tuve una larga estancia en la cuna de la gastronomía, pastelería y repostería de ensueño: París. Bogart decía que siempre les quedaría Casablanca, yo puedo afirmar que siempre me queda París, en mi recuerdo y en mi presente, incluso me atrevo a decir que también en mi futuro, aunque el mundo está lleno de rincones y gastronomías de las que inspirarse.

À l’école…
Pour toujours Paris

Hace unos años, por causalidad aterricé en la moda del Sugar Craft, y en 2012 Sugar Corner nació de la afición y las ganas de aprender, el sentimiento creció viendo la satisfacción y la irradiación de felicidad de todos aquellos que probaban mis pequeñas y neófitas obras de arte, haciendo que cada día investigara más y más en la repostería.

Nunca lo he explicado, pero por aquel entonces yo trabajaba en una inmobiliaria especializada en producto empresarial (aunque suene muy raro, es otra historia que algún día contaré), un día un conejillo de indias de los que siempre degustaba mis creaciones, me dijo que tenía un cliente de restauración que buscaba alguien que le sirviera tartas caseras y artesanas, como si las hiciera él en su restaurante, fui a verle y ese fue mi primer real cliente, aún recuerdo el primer día que le llevé mis tartas y las vi en su escaparate… fue tan grande lo que sentí que exploté en lloro de felicidad, pensé que si eso era lo que sentían los que se comían una de mis tartas, ese debía ser mi propósito de vida, llegar a los corazones de la gente en forma de chocolate, mantequilla y azúcar.

Foto de Céline Pannetier de Kui by Céline

Fueron años muy duros, muchos miedos, muchas dudas, mucho trabajo pero siempre dándolo todo, tiempos de muchos cambios, mucha locura y todo tan rápido, recibí mucho apoyo, aparecieron personas mágicas que me ayudaron a empezar a ser empresaria, digo empezar porque tras casi 10 años, aún siento que lo mío es crear, inventar, volar, soñar…  las diferentes materias que conlleva hacer crecer un negocio (burocracia, contabilidad, personal, estrategia de venta, marketing, logística, compras, I+D, ventas, etc.) es un total rompecabezas para mí, yo pongo todo el corazón;  y la mente voy trabajándola día a día para aprender a ser mejor empresaria, que no me es tarea fácil, la verdad,  pero estoy rodeada de personas excepcionales que hacen mi día a día más sencillo, más fluido, hacen que Sugar Corner sea una familia con todos sus pilares en su sitio, tengo personas comprometidas y responsables y que luchan junto a mí y conmigo para hacer crecer este pequeño obrador de postres artesanales como si fuera suyo.

El logo de Sugar Corner, aunque ha tenido varias pequeñas transformaciones, nació a lo largo de varias cenas en nuestro punto de encuentro una vez al mes, en Restaurant Recasens, con mis amigas del alma, somos tres, somos uno, somos siempre y para siempre nosotras, las Trimis! Y ellas han y siguen estando a mi lado apoyando y completando lo que mi mente pierde. Nos os perdáis su perfil en Instagram trimiworld, donde poco a poco se irán desvelando secretos y buenos rollos, va a ser la bomba y ahí lo dejo…

El proyecto fue avanzando y creciendo, en 2017 me mudé a un obrador mucho más grande del que empecé, con una logística y estructura mucho más capacitada, estaba lista para llegar al mundo con mis dulces.

Nuestros productos son artesanos 100%, elaborados con materias de alta calidad, trabajamos con proveedores top y nuestra producción es constante y semanal, nos mueve la pasión, el compromiso, la calidad, la artesanía, la creatividad y la innovación partiendo de la clásica gran pastelería.

La causalidad que inició esta aventura fue un restaurador, por lo que me movió el ayudar a ese colectivo que muchas veces no dispone de esa figura, ni de espacio, ni de maquinaria, ni de tiempo para trabajarse unos postres como desearía poder hacerse él mismo, y Sugar Corner se especializó en postre para Restauración y Hostelería, empezamos hacer consultorías y postres a medida, eventos personalizados y yo, yo atendía sobre todo a encargos muy concretos y especiales para particulares.

Tras el COVID introducimos nuestros productos al Food Business en general, entramos con más precisión en el mundo del catering y en eventos para empresas junto con en una nueva iniciativa en Barcelona llamada be-celebrate y de la mano de sita carter creamos un catering muy concreto especializado en eventos de empresa siempre realzando nuestra especialidad: el postre.

Me siento orgullosa y satisfecha del camino recorrido, de todas las personas que me han acompañado, me han apoyado y las que se han implicado, de todos aquellos que no dejan de creer en mí y de animarme y ponérmelo fácil para seguir creciendo y las que me lo ponen y me lo han puesto difícil también, gracias a ellas me he enriquecido y he mejorado en todo lo que me han permitido.

Obrador Sugar Corner postres artesanos en Barcelona

Gracias a mis padres, Alfredo e Ilusión, que siempre han creído en mí, por su ayuda y su comprensión, a mis hermanos Mireya, Alfredo, Jordi y Marcos por enamorarse de mis postres y querer siempre más, a toda mi familia (cuñado y sobrin@s), Imma Erro y Natalia Caparrós por hacer que este proyecto cogiera forma, imagen e impulso, Jordi Jaume por toda su insuperable ayuda física, mental y material, Jaume Recasens por hacerme aprender en logística y volumen, al grupo Woki Organic Market por ser los impulsores y creer en mí tras tantos años, Miquel Laborde por abrir la puerta, Borja Rigol porque sin él no hubiera sido posible arrancar, Marta Puente por haber puesto a un ángel de la guarda en mi camino, Àlex Gual por ser ese ángel de la guarda, a Mónica Martí por estar siempre, por hacerme ver que somos capaces de todo y más, a Aurora y Oscar por creer y saber cuál era mi camino, estar ahí y no permitir que desfalleciera, a Amanda Vivanco por su ayuda incondicional, a Tanit Burjachs por todo ese soporte de imagen incluso cuando hay prisa, a Robert Esteban P. por dar ese respaldo cuando hay «problemillas»,  a Montse González por ser la musa del 2021 hacia adelante, a Ramon Creus por ese compañerismo, a Mericakes por ser mi inspiración, a Esther Conde por ser un referente al que seguir, a Mª Jesús De M. por ser el despertar de mi alma, a Alfonso Cano por presentarme a una mano derecha, a Milena Márquez por ser esa mano derecha en los hornos durante estos últimos años, a Helios Porté por ser fan incondicional de nuestra Tarta Tatin y tenerla presente siempre en la carta de Antúnez, a todos los que vais incorporándoos en mi trayecto, Verónica P. por crear el «Más que Postres» entre muchas otras cosas, Cristina S., Alba P., Israel R., Óscar G., Ignacio, Wei, Lulita Liu, Jordi R., y sois tantos los que me dejo… a muchísimos los que año tras año dejáis en mis manos vuestras tartas de cumpleaños, a todos los food business que nos hacéis crecer y mejorar, sin todo este apoyo, hoy no estaría donde estoy.

Empieza un 2022 lleno de fuerza, de proyectos por materializarse, de personas nuevas llenas de magia y energía que harán posible que os descubramos y os traigamos un montón de felicidad a vuestras vidas.

Gracias, gracias y gracias por hacer que sienta que estoy en mi camino.